La Reconvivencia.

El pasado Sábado 22 y Domingo 23 los chicos de 2º de Bachillerato juntó a sus dos catequistas Dani y José pudieron pasar una fantástica convivencia dentro de nuestro colegio. 

Esta idea viene del verano, cuando estos chicos hicieron el camino de Santiago, y ya que no disponían de reuniones ya que algunos son catequistas y otros no, decidieron hacer una convivencia después de todos todos los años que habían estado juntos tanto en comunión, Postcomunion y confirmación ( una catequesis para reencontrarnos y no olvidar porque somos grupo y porque seguimos el camino de la Fe).

Quedamos el Sábado 22 por la mañana y pasamos la mañana en las 12 calles, donde tuvimos un juego "brutal" en el que corrimos y disfrutamos del día al aire libre. Al terminar el juego los equipo que no habían ganado tuvieron que pasar una cuerda ciega no precisamente fácil en la que nos arañamos y sufrimos al caminar sin ver nada de nada.

Aprovechando la mañana al aire libre comimos allí, nuestros cocineros estrellas (José y Alex Zoyo) nos trajeron unos macarrones dignos de "Master Chef" y comimos recordando aventuras pasadas y contando anécdotas de cuando ellos disfrutaban de las aventuras como pequeños luchadores por el bien, salvando a los indios, en el mundo de Narnia, luchando para proteger al Rey Arturo, protegiendo la Galia de los romanos, y montados en un barco liderados por nuestro capitán. 

Todas estas aventuras nos habían unido en el pasado y otra vez estábamos juntos para contarlas y recordar la sensación de ser "niño".

Al terminar de comer volvimos al colegio donde tuvimos una actividad por equipos que acabo con alianzas secretas en las que algunos se hicieron fuertes y otros se sintieron abandonados. Pasamos alguna que otra prueba dura de hacer y miles de ellas divertidas. 

Y una vez más tuvimos la actuación de nuestros cocineros estrellas, que nos hicieron unos filetes acompañados de dos salsas ( una de queso y otra de pimienta), con la que llenamos nuestros estómagos para continuar divirtiéndonos en el colegio en que tanto hemos aprendido a ser personas útiles.

Acabamos con un jueguecito nocturno en el que los 14 chavales fueron juntos a pesar de tener que ir en grupos de 4, alardeando de cobardía sol pudieron conseguir media prueba.

Al final para acabar el día tuvimos una pequeña oración en la que dimos gracias a Dios por juntarnos, por estar unidos a pesar del tiempo que llevamos separados y porque Dios nos de la oportunidad de hacer estos encuentros más veces a lo largo de los años.

Al levantarnos desayunamos como animales, para irnos a misa de nuestra parroquia, San Antonio, donde disfrutamos de una eucaristía muy completa y llevadera, hay que destacar a la cantante de la celebración que con su acento argentino nos conmovió los corazones en cada canto.

Conclusión: merece la pena crear encuentros para volver seguir viviendo en comunidad, para recordar la educación  cristiana que damos a los chic@s en catequesis y que nunca debería ser suficiente.